Número 114 (octubre de 2021)

#saveManifest: cuando fans -y plataformas- salvan una serie de televisión

Antoni Roig

Recientemente mantuve una conversación con la guionista de televisión Marta Gené Camps por el podcast de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación, Parenthesis. Ella es parte del equipo creativo de las primeras tres temporadas de la serie Manifest y cuenta con una larga y apasionante experiencia en la televisión norteamericana. Hablamos de cómo funcionan las series de televisión desde dentro; qué hacen guionistas, productoras, showrunners o directoras, entre otras muchas cosas. Este artículo quiere ser un complemento al episodio, donde me centro en el fenómeno de la campaña de fans que ha salvado Manifest de la cancelación, consiguiendo que Netflix lo acoja para una macrotemporada final.

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Manifest es una serie de televisión que podemos identificar de entrada con una forma tradicional de hacer televisión en Estados Unidos, entre la ciencia ficción y la soap opera basada en la conexión con sus personajes. Eso sí, con unos cuantos giros inesperados. Estrenada en 2017 y producida por la cadena de televisión NBC es una de las tres grandes networks estadounidenses. Jeff Rake, creador de la serie, es un guionista, productor y showrunner de larga trayectoria que se había encargado de la adaptación estadounidense de la serie Los misterios de Laura (The mysteries of Laura), también para la NBC, y ha sido vinculado a conocidas series de entretenimiento como Bones o Beauty and the Beast. Rake consiguió que la NBC diera luz verde a este proyecto propio de la mano de la productora de Robert Zemeckis (conocido director de la trilogía Back to the future, Who framed Roger Rabbit, Forrest Gump, Flight o Contact) y contaba con una biblia muy completa de la serie incluyendo una idea bien definida sobre el final (a pesar de mis intentos, Marta Gené Camps no me lo quiso desvelar, claro). 

 

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La serie tiene un concepto muy potente: el avión 828 de Montego Airlines en un vuelo de vuelta de Jamaica a Nueva York sufre unas turbulencias y, cuando aterriza, sus pasajeros descubren que han transcurrido prácticamente cinco años, con todo lo que supone para a las personas implicadas dentro y fuera del avión. La razón de este lapso es, claro, un total misterio. Y es que Manifest es un buen ejemplo de serie alineada con lo que JJ Abrams denomina la "caja de misterio", es decir, una ficción seriada que gira completamente en torno a un misterio de base, como una especie de rompecabezas que engancha a los espectadores, estimula la creación de colectivos de fans que comparten múltiples teorías y mantiene las expectativas, temporada a temporada, hasta la resolución final. En definitiva, lleva una forma de serialización tradicional a un extremo en el que la serie se convierte en el proceso de resolución de un gran misterio de fondo. Y la resolución se convierte en su razón principal de ser. Es la fórmula de series tan diferentes como Lost, Fringe, Flashforward, The leftovers, Utopia, Kyle XY, The OA, Debris o Wandavision, por ejemplo. 
 
En estos casos, una cancelación de la serie se vuelve particularmente frustrante para los seguidores, ya que implica que la caja del misterio quede entreabierta, pero sin clausura ni gratificación final. Y si llegamos, las expectativas sobre el final pueden ser tan altas que generen decepción después de toda la inversión emocional y de tiempo de sus fans (Lost sigue siendo el caso más ilustrativo). Evidentemente, una buena serie, al igual que una buena película no puede descansar exclusivamente en la resolución de un misterio, sino que debe proporcionar en el viaje una serie de placeres, que pueden llegar a partir de los personajes, el tono narrativo y visual atractivos, una serie de arcos y subtramas sólidas que nos resulten interesantes y al mismo tiempo lo suficientemente autónomas del gran misterio para permitir la entrada de espectadores nuevos o espectadores casuales, así como sucesivos cliffhangers que nos dejen con ganas de más. Pero en las "cajas del misterio", siempre tendremos la vista puesta en el gran final.
 
Y de repente, después de tres temporadas, este 2021, esta caja del misterio es cancelada por la NBC. Esto da el pistoletazo de salida a una campaña por parte de los fans de la serie, los Manifesters, para conseguir hacer cambiar de idea a la cadena. Esto no es nuevo. De hecho, nos podríamos remontar a la serie original de Star Trek (también de la NBC) y en casos más recientes como Veronica Mars, Firefly (que se extendió a través del llargmetrarge  Serenity), Chuck, Arrested development, Sense8, The Expanse, Brooklin nine-nine o Lucifer. Pero en muchos casos, la presión de los fans no logró recuperar series tan sustentadas en el misterio como Flashforward, Dark Matter o The OA, que se dejaron sus misterios de fondo sin resolver. 
 
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¿Qué tiene de especial el caso de Manifest? Com se comenta en la entrevista, la serie fue creada pensando en una network, es decir, con anuncios, un tiempo milimetrado por episodio y la sujeción a una parrilla de programación. Todo ello hace que el equipo de guionistas deba tener en cuenta dónde irá un corte de publicidad, el ajuste a una duración estándar o si en una semana determinada no se emitirá un episodio por algún evento importante. En el caso de un producto tan serializado, esto terminó afectando los ratings semanales; pero en el momento en que la serie en Estados Unidos se pudo ver en Netflix, con la posibilidad de ver todos los capítulos disponibles a demanda, Manifest se convirtió en una de las series de más éxito de la empresa de streaming. Al igual que en España, donde la serie se puede ver en HBO y se ha situado entre las más vistas. Lo que hicieron los fans, más allá de la campaña de Twitter #saveManifest, alentada por productores y actores de la serie, es conseguir que Manifest se situara en el número 1 de las series de Netflix. Esto abría las puertas a negociar con Netflix algún tipo de cierre y resolución de la caja del misterio, no solo por motivos artísticos o sentimentales sino económicos: Manifest demuestra funcionar bien como serie apta para hacer maratones de episodios, es decir, el binge watching. Como indica un article de Pop Culture, lo que ha movido a Netflix es fundamentalmente analizar sus propios números, aunque esto no es incompatible con el hecho de que hayan tomado buena nota de la base de fans y la atención generada por la campaña, que ha influido sin duda a hacer subir estos números. Tal como indica Marta Gené Camps en la entrevista, es un caso similar al de Lucifer, que, al ser cancelada por Fox, otra gran network, pasó a manos de Netflix. Ahora el futuro de Manifest pasará por una temporada final de 20 episodios (en NBC eran de 10), en un anuncio hecho el 28 de agosto, o como lo pondrían los norteamericanos, el 8-28, al igual que el número del vuelo de Montego Airlines. Este rescate permitirá resolver el rompecabezas y afianzar la capacidad de los fans y los seguidores entusiastas para hacer su contribución, no suficiente, pero necesaria, para defender y proteger los productos culturales con que se sienten implicados, en una especie de extraño y misterioso equilibrio entre el capitalismo financiero y la conexión emocional.
 
Para saber más:
 
 
Banda sonora:
 
Lenny Kravitz: Fly away (1998)
Elvis Presley - Mystery train (1956)
The Cramps - Mystery plane (1980)
 
 

Cita recomendada

ROIG, Antoni. «#saveManifest: cuando fans –y plataformas– salvan una serie de televisión». COMeIN [en línea], octubre 2021, no. 114. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n114.2159

televisión;  fandom;  entretenimiento;  medios sociales;