ArtículosNúmero 122 (junio 2022)

¿Qué nos apostamos? Apuntes para otra mirada al Festival de Eurovisión (y a otros eventos masivos)

Antoni Roig

Eurovisión es un evento televisivo que, guste más o guste menos, resulta fascinante precisamente por ser contradictorio y multifacético: a la vez profundamente representativo de los tiempos que vivimos y en muchos aspectos una reliquia del pasado. En este artículo hago un apunte sobre el Festival de Eurovisión 2022 desde un punto de vista algo distinto a la inundación mediática que le suele rodear, porque el evento lo permite como pocos. Lo haré desde la perspectiva de los datos y las apuestas, que forman una parte poco visible pero fundamental de los eventos globales competitivos.

Tras ya 65 ediciones, Eurovisión como espectáculo televisivo sigue ejerciendo una poderosa y un poco extraña fascinación en el imaginario colectivo europeo e intercontinental. Ese equilibrio/desequilibrio entre lo kitsch y el gran espectáculo lo ha llegado a convertir en un fenómeno en países tan alejados de Europa como Australia (en parte por la fuerte influencia cultural británica), hasta el punto de que dicho país llegó a participar de forma intermitente desde 2015, a través de SBS, uno de los entes públicos de radiodifusión del país.

 

Sorprende hasta qué punto el certamen se ha llegado a leer en tantas claves distintas: como escaparate de un abierto nacionalismo europeo; como espejo de la situación y las tensiones políticas dentro y fuera de la Unión Europea (de Radiodifusión); como plataforma de reivindicación de derechos sociales; como pulso de las tendencias en la industria musical mainstream; como exponente de lo kitsch en el que todo vale para llamar la atención del público y el jurado; como metáfora del imaginario de una Europa unida; como exponente del «estado del arte» de la televisión en directo como gran espectáculo; como evidencia de los límites de la participación popular a través de sistemas de votaciones mediados; como factoría de comentarios y memes humorísticos, más o menos distanciados, en redes sociales; como campo de pruebas para innovaciones tecnológicas en la producción o en la difusión de contenidos…

 

Nuevas prácticas de visionado y el fenómeno de la segunda pantalla

 

En este último campo, en 2016, mi colega Fernanda Pires de Sá y yo realizamos un trabajo de campo sobre el Festival de Eurovisión, que ese año se celebraba en Lisboa. Nuestro objetivo era analizar las prácticas de visionado individual y colectivo del festival a través de segundas pantallas, en particular la app oficial de Eurovisión. Seleccionamos Eurovisión por ser un acontecimiento en directo, acotado en el tiempo (fundamentalmente nos centramos en la gala final), con una larga tradición como evento televisivo y por su carácter intergeneracional. En esta edición de 2022, atípica por las insoportables tensiones bélicas que sufre el pueblo de Ucrania, me planteé revisitar el festival desde otra perspectiva, sin duda influenciada por mi curiosidad académica (aunque mi experiencia es mucho más cualitativa que cuantitativa), sin más pretensión que aprovechar esta plasticidad fascinante que ofrece el festival.

 

Eurovisión es un evento, obviamente, competitivo y de gran impacto, en el que coexisten de forma no siempre muy transparente dos sistemas de votación efectivos: el voto del jurado de los países miembros de la UER (el sistema tradicional del «Royaume-Uni douce points») y el televoto de pago popular (que se introdujo en 1997), y que se reparten actualmente al cincuenta por cien. Esta dimensión hace que, al igual que otros acontecimientos, sobre todo deportivos, pero también culturales, como los Óscar de Hollywood, se genere una notable actividad en las casas de apuestas, lo cual reconozco que nunca se me había ocurrido hasta que alguien muy cercano que trabaja en el sector me inspiró. Y esta fue la mirada con la que me acerqué al festival tras las actuaciones y resultó una experiencia sumamente interesante. Comparemos las apuestas la noche del festival, a las diez de la noche, con el voto del jurado y la votación final tras el televoto:

 

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Captura de pantalla de la situación de las apuestas de los diez primeros puestos a las 22 horas el 14 de mayo de 2022

Fuentet: eurovisionworld.com

 

 

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Diagrama de los doce primeros puestos finales, distinguiendo entre votos totales, voto del jurado y televoto

Fuente: eurovisionworld.com

 

Apuestas, votos i ‘bots’

 

Obviamente, no es COMeIN el espacio para entrar a fondo en lo que implican estos datos, pero dejo aquí algunos detalles interesantes:

 

  • En primer lugar, destaca el elevado nivel de acierto de las apuestas, sobre todo la que utilicé como referencia (la proyección final publicada en eurovisionworld.com poco antes de la difusión de los primeros resultados no es tan exacta). De los 10 primeros puestos en las previsiones, 9 terminaron en la posición prevista o con una diferencia máxima de dos posiciones, siendo la única excepción Polonia, que se movió del puesto 9 en las previsiones al 12, lo que propoció la entrada de Moldavia, en relación con las apuestas (aunque tendría que ser casualidad, no está de más recordar que Polonia se ha visto posteriormente señalada entre un conjunto de países que habrían cambiado sus votos en una de las semifinales para favorecer a países vecinos, lo que se detectó a través de un análisis de patrones).
  • Además, como el nivel de acierto de las apuestas en cuanto a posiciones es máximo sumando el voto popular y el del jurado, las previsiones no se basan solo en tendencias por países o de eurofanes (o de eurobots), sino que también aciertan las de entrada más impredecibles votaciones de los entes públicos de cada país miembro.

 

En definitiva, un festival que se antoja imprevisible y sustentado por la emoción (recordemos que Ucrania era cuarta tras el voto del jurado) fue pronosticado de forma muy ajustada, lo que a mi juicio indica precisamente hasta qué punto se pueden trazar tendencias en un contexto tan supuestamente inestable como la participación de expertos y público de todo un continente y, por qué no decirlo, el papel de los bots, que ya resultó crucial en la infausta nueva categoría popular de los Óscar, el Fan Favourite Award, que se reveló totalmente contaminado por la masiva presencia de bots en favor de la ganadora Army of the dead. Sería interesante, quizás conveniente, poder observar y entender mejor estos y otros grandes acontecimientos, incluyendo los deportivos, desde esta perspectiva.

 

Para saber más:

Eurovision.com (2022). «Odds Eurovision Song Contest 2022» [en línea]. Disponible en: https://eurovisionworld.com/odds/eurovision

Eurovision.com (2022). «Eurovision 2022 Results: Voting & Points» [en línea]. Disponible en: https://eurovisionworld.com/eurovision/2022

El País (2022, 19 de maig). «Eurovisión confirma que hubo “irregularidades sin precedentes” en las votaciones y por eso no cambiará sus puntuaciones». En: El País [en línea]. Disponible en: https://elpais.com/television/2022-05-19/eurovision-zanja-la-polemica-de-las-votaciones-y-no-cambiara-las-puntuaciones.html

PIRES, Fernanda; ROIG, Antoni (2020). «All aboard?! Co-viewing with and within connected platforms in the Eurovision Song Contest». En: Observatori (OBS*), vol.14, no. 4, p. 78-97 [en línea]. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/345843574_all_aboard_co-viewing_with_and_within_connected_platforms_in_the_eurovision_song_contest

WALSH, Savannah (2022, 13 de maig). «Zack Snyder’s Fan-Voted Oscar Wins May Have Been Rigged by Bots». En: Vanity Fair [en línea]. Disponible en: https://www.vanityfair.com/hollywood/2022/05/zack-snyders-oscars-fan-wins-may-have-been-rigged-by-bots

 

Banda sonora::

Eurovision 2022 (2022). Lista oficial de la 65 edición del Festival de Eurovision

 

Citación recomendada

ROIG, Antoni. ¿Qué nos apostamos? Apuntes para otra mirada al Festival de Eurovisión (y a otros eventos masivos). COMeIN [en línea], junio 2022, no. 122. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n122.2238

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