Número 125 (octubre de 2022)

Pringar un Van Gogh por la crisis climática

Gemma San Cornelio

El pasado 14 de octubre tuvo lugar una acción llevada a cabo por dos activistas en la National Gallery de Londres: el lanzamiento de una lata de sopa de tomate a una de las versiones del cuadro Los girasoles (1888) de Van Gogh, que –justo es decir– está protegido por un vidrio. La acción ha tenido bastante repercusión en las redes y ha puesto sobre la mesa el debate sobre la crisis climática y sus diversas formas de activismo. En este artículo expongo algunas de las ideas contrapuestas que se han dado en este caso.

«What is worth more? Art or life?» es el llamamiento que usan las activistas para apelar al público presente en el museo, delante del cuadro, por lo que muestra la perspectiva del vídeo que se ha difundido.

 

El arte y la vida

 

Tiene gracia, dado que el lema «arte = vida» fue expresado ampliamente en los movimientos de la escena artística internacional en los años sesenta y setenta. Especialmente por el colectivo Fluxus, que cuestionaba diferentes concepciones vinculadas al arte convencional y sus circuitos. Sin entrar en muchos detalles de este movimiento, se reivindica la acción –en su sentido de efímero e inmaterial– como elemento artístico, en contraposición al objeto arte (el cuadro de Van Gogh, por ejemplo) y a su mercantilización. De este modo, si cualquiera puede ser artista y cualquier acción puede ser considerada arte, la vida entra en el arte.

 

Es paradójico que, cincuenta años más tarde, esta identificación se vuelva una oposición y cobre un sentido totalmente diferente en el contexto de la acción sobre el cuadro de Van Gogh (o el ataque a este), en el sentido de que el concepto de vida usado por las activistas no apela a la vida cotidiana, sino a la vida en un sentido global y planetario. La vida es problematizada, por la amenaza de muerte que implica el cambio climático y por los problemas derivados de este, como la pobreza.

 

Por lo tanto, esta acción une el activismo con el arte de acción (nada nuevo, por otro lado). Incluso algunos usuarios en las redes planteaban irónicamente que esta acción habría quedado redonda con una lata de sopa Campbell. ¿Pero qué tiene que ver el cambio climático con el arte?, preguntan algunos. Pues algo: para empezar, muchos de los museos en todo el mundo han tenido contratos de partenariado con compañías petrolíferas como BP, entre ellas la National Gallery, que rompió el acuerdo con esta empresa en febrero de 2022, después de treinta años. Este ataque, más que a una obra en concreto (casualmente protegida) es un ataque al sistema del arte, si nos queremos poner trascendentes. Pero, no nos equivoquemos, todo podría ser más aleatorio e improvisado.

 

Formas de protesta rápidas y disruptivas

 

La acción se ha extendido rápidamente por las redes y plataformas en internet, y ha desencadenado reacciones a favor y en contra, como suele ser habitual. Los argumentos en contra son en cierto modo conocidos: las formas desacreditan la intención y el efecto puede resultar contraproducente. Por otro lado, un puñado de autores en Twitter que se dedican a la divulgación sobre historia del arte y los museos comparan la acción con otros ataques a obras de arte a lo largo de la historia, realizadas por personajes con intenciones y consecuencias mucho más destructivas.

 

Más curiosas resultan las teorías conspirativas. En este caso, se sugiere que la acción, promovida por la asociación Just Stop Oil, habría sido impulsada por grupos con intereses en el petróleo, precisamente para desacreditar a los grupos ecologistas. Uno de los argumentos que apoyan esta teoría lo ha difundido una tiktoker y se basa en el hecho de que la acción es demasiado cutre (para ser real) y descuida determinados detalles sospechosos (por ejemplo, que el tinte del pelo de una de las activistas no parece ecológico).

 

Quizás debamos tener en cuenta que el activismo que plantea acciones de este tipo, como el hecho de pegarse las manos con pegamento a las obras o a las paredes (acción que realizan después de tirar el bote de sopa), no suele ser muy sofisticado. Si esta forma de activismo fuera elaborada, sería otra cosa: publicidad o comunicación corporativa. En esta línea de trabajo, más elegante y espectacular (y obviamente con más medios), quiero destacar el vídeo «Don't Choose Extinction» que elaboró la agencia Activista LA para la Organización de las Naciones Unidas, precisamente con la misma temática: eliminar o reducir el uso de combustibles fósiles (más detalles en la entrevista realizada aquí).

 

Otro elemento que alimenta esta teoría conspiranoica se basa en la presencia de Aileen Getty (hija de un magnate) y conocida filántropa de la causa medioambiental, dadas las acciones ciertamente controvertidas de esta entidad. En este sentido, resulta interesante que tanto Aileen Getty como Rebecca Rockefeller participen en estas organizaciones, como se recoge en este artículo de The Guardian de hace unos meses. Si esto es hipócrita y se trata más bien de greenwashing, o si realmente estamos ante un cambio generacional en la concepción del mundo, es algo que veremos en los próximos tiempos.

 

Mientras tanto, las instituciones artísticas y los museos, como otros sectores de la sociedad, quizás nada más y nada menos, no son entidades neutrales frente a las cuestiones climáticas. Más allá de si estamos o no de acuerdo con la temática y la manera de esta acción, no se puede negar que ha conseguido que hablemos de ello.

 

Para saber más:

FORT ROS, Cristina (2022, 17 febrero). «Diseño con impacto social: entrevista a Paco Conde de Activista LA. | Interrogantes del diseño (?) Podcast Parenthesis». Todo comunica. Blog [en línea]. Disponible en: https://blogs.uoc.edu/comunicacio/es/diseno-con-impacto-social-entrevista-a-paco-conde-de-activista-la-interrogantes-del-diseno-podcast-parenthesis/

RODRIGUEZ, Cecilia (2022, 26 agosto). «Gluing Hands To Art Masterpieces: The Latest Climate-Protest Stunt Spreading In Europe». Forbes [en línea]. Disponible en: https://www.forbes.com/sites/ceciliarodriguez/2022/08/26/gluing-hands-to-art-masterpieces-the-latest-climate-protest-stunt-spreading-in-europe/?sh=4d4dc9556338

THE GUARDIAN (2021, 6 noviembre). «Fossil fuels made our families rich. Now we want this industry to end. Aileen Getty and Rebecca Rockefeller Lambert». The Guardian [en línea]. Disponible en: https://www.theguardian.com/commentisfree/2021/nov/06/fossil-fuels-made-our-families-rich-now-we-want-this-industry-to-end

 

Citación recomendada

SAN CORNELIO, Gemma. «Pringar un Van Gogh por la crisis climática». COMeIN [en línea], octubre 2022, no. 125. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n125.2268

arte;  medios sociales;  creatividad;  responsabilidad social corporativa;