Son muchas las visiones críticas sobre el capitalismo digital que se están elaborando en los últimos años desde diferentes disciplinas y saberes, advertencias que hay que tener en cuenta y que hay que poner en diálogo. En medio de la infoxicación de las redes, ¿nos estaremos convirtiendo en siervos y siervas zombificados de un nuevo régimen?
En un artículo publicado en El País, el 11 de febrero de 2024, el economista Yanis Varoufakis escribía: «Siervos de las nubes, proletarios de las nubes y vasallos de las nubes del mundo, ¡uníos! No tenemos nada que perder, salvo nuestras cadenas mentales». Lo hacía hablando del concepto de tecnofeudalismo que ha desarrollado en su último libro, publicado este mismo año por el sello editorial de la Universidad de Deusto y que vale la pena tener a mano para pensar el futuro de las mutaciones del capitalismo en la era digital.
Es precisamente dentro de esa lógica de vasallaje acrítico que plantea Varoufakis, desde ese amor romántico de entrega absoluta a lo Madame Bovary e hipervisibilidad a lo Gran Hermano que practicamos a menudo en la red –desde TikTok a Instagram, pasando por Amazon o los largos tentáculos de Google–, que me parece interesante traer aquí la idea de zombificación vinculada a las nuevas metamorfosis del capitalismo y el neoliberalismo.
El tecnocapitalismo ha venido definiéndose de forma genérica como esa fase del desarrollo del capitalismo donde la tecnología digital y la información se intersecan como elementos esenciales para la organización y expansión del sistema capitalista contemporáneo y, con ello, para el modelaje de nuestras vidas sociales, económicas, políticas y culturales. Pero ese tecnocapitalismo, caracterizado por el señorío de las grandes empresas tecnológicas, la tecnoutopía de Silicon Valley, la economía del streaming de las plataformas digitales, la mercantilización de los datos y su vigilancia, la automatización del mundo laboral y la ampliación de abismos digitales, se asienta, a su vez, en una teoría política, económica y cultural que supone una vuelta de tuerca y una necesaria actualización de la noción clásica de neoliberalismo: el tecnoliberalismo. Un tecnoliberalismo que, como expresaba Emiliano Gullo en un artículo titulado «La guerra de los mundos», invisibiliza las relaciones de producción, desmaterializa las relaciones sociales y «apunta y dispara contra la solidaridad, contra la cercanía de un cuerpo con el otro».
Reflexiones sobre el neoliberalismo zombi y el régimen ‘live’
Y es justo ahí, en ese proceso de invisibilización, desmaterialización y atomización social, donde creo que es conveniente traer a colación dos conceptos muy sugerentes para la reflexión. Se trata de las nociones de neoliberalismo zombi y de régimen live, acuñadas respectivamente por Jamie Peck, geógrafo económico y profesor de la University of British Columbia; y por Sayak Valencia, filósofa, teórica feminista y profesora investigadora en el Departamento de Estudios Culturales del Colegio de la Frontera Norte.
En lo que respecta al neoliberalismo zombi, Peck (2011) lo describe así:
«Muerto pero dominante el neoliberalismo de hecho parece haber entrado en su fase zombie. Su cerebro al parecer hace mucho tiempo que dejó de funcionar, pero las extremidades se mueven todavía y muchos de sus reflejos defensivos parecen aún estar trabajando. Los muertos vivientes de la revolución del mercado libre continúan caminando por la tierra, aunque con cada resurrección de su marcha la falta de coordinación se hace cada vez más errática».
Esta idea de Peck describe de forma muy visual la aptitud adaptativa del neoliberalismo que, de manera recurrente y persistente, ha demostrado ser capaz de sobrevivir a sus propias crisis y de continuar funcionando a pesar de los fallos evidentes del sistema.
Los medios de comunicación tradicionales y también los nuevos espacios y plataformas de comunicación surgidos con la digitalización, como agentes de esta zombificación neoliberal, no cejan en la reproducción de la narrativa thatcheriana del «There is no alternative» respecto a la creciente mercantilización y desregulación. Todo es mercado. Todo puede ser explotable y rentabilizado: los datos, la información, la cultura, el conocimiento, el trabajo, los cuerpos…
Y estas narrativas, reconfiguradas y acomodadas a los nuevos formatos y envueltas en un packaging ideal para el consumo rápido y compulsivo, se dan en tiempos de lo que Sayak Valencia (2019) conceptualiza como una mutación cognitiva tanto a nivel de contenidos como de aparatos de percepción. Se trata del régimen live, un «proyecto político, epistemológico y económico» –como afirmará Valencia en varios de sus textos–, caracterizado por la propagación y la intensificación a través de los medios digitales y las redes sociales del «in live», «en tiempo real», la vida y la sociedad comprendidas como un reality show, la percepción alterada y espectacularizada del mundo que nos rodea y de nuestra interacción con los demás. Solo hace falta introducir «en vivo» en cualquier buscador de internet para comprobar que se nos vende «en directo» el genocidio en Gaza, el partido de fútbol de turno o las elecciones presidenciales en México.
Porque, como explica Sayak Valencia en su artículo «El régimen está (transmitiendo en) vivo», este tiene tres pilares fundamentales: «1. la eliminación visual de la división público-privado, 2. la reificación del tiempo como algo sin duración (pura adrenalina, instantaneidad y desmemoria) y 3. la cosmetización extrema de las imágenes de violencia y su despolitización crítica» (2019).
Así, de repente, nos descubrimos a nosotras mismas en modo zombie scrolling, desplazándonos arriba y abajo por la pantalla de nuestro móvil y ordenador, sin rumbo fijo, sin atención. Movimiento de dedo automático, atención por los suelos, consumo compulsivo de correos, de fotos, de vídeos, de tuits, de reels…; buscando esa nueva dosis de adrenalina, de impacto, de novedad; «en vivo», para que nos parezca que formamos parte de ese algo que observamos desde una distancia prudente e higiénica; activismo de sofá… «¡Danzad, danzad, malditos!», nos gritan desde Silicon Valley. «No paréis, no penséis». Infoxicados, seguimos serviles. Pero lo cierto es que no hay transformación sin calle, ni comunicación real sin cuerpos.
Para saber más:
GULLO, Emiliano (2023, junio). «La guerra de los mundos». Ctxt [en línea]. Disponible en: https://ctxt.es/es/20230601/Firmas/43020/emiliano-gullo-tecnoliberalismo-relaciones-sociales-conflicto-clase-plataformas.htm
PECK, Jamie (2011). «Neoliberalismo Zombie y el Estado ambidiestro». Prohistoria, no. 16 [en línea]. Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/3801/380135844010.pdf
VALENCIA, Sayak (2019). «El régimen está (transmitiendo en) vivo». Re-visiones, no. 9 [en línea]. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7211193
VAROUFAKIS, Yanis (2024, febrer). «Somos humildes siervos de los señores de la nube: bienvenidos al tecnofeudalismo». El País [en línea]. Disponible en: https://elpais.com/ideas/2024-02-11/somos-humildes-siervos-de-los-senores-de-la-nube-bienvenidos-al-tecnofeudalismo.html
Para prepararse para el apocalipsis zombi:
HERRERA SÁNCHEZ, Sonia (2022). «Manifiesto a favor de escuchar al zombi». Dossier La Marea, no. 91 [en línea]. Disponible en: https://www.academia.edu/95719357/Manifiesto_a_favor_de_escuchar_al_zombi
MCQUEEN, Scotty. [Crazy Conspiracy Dude], (2021-2023). YouTube [en línea]. Disponible en: https://www.youtube.com/@crazyconspiracydude5357
Citación recomendada
HERRERA SÁNCHEZ, Sonia. «Zombis del tecnoliberalismo y del régimen ‘live’: ¡danzad, danzad, malditos!». COMeIN [en línea], mayo 2024, no. 142. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n143.2432
Profesora de Comunicación en la UOC
@sonia_herrera_s