Número 118 (febrero 2022)

La era del audio y el despegue de los audiolibros

Candela Ollé

El año 2020 fue, sin duda, la era de la explosión del pódcast. Los datos demuestran que el 2021 ha sido el año de la irrupción de los audiolibros, como una de las opciones sonoras que encaja con los nuevos modelos de consumo y estilo de vida (¿post?) pandémica. El surgimiento de nuevas plataformas de audiolibros (también incluyen pódcast) –que por una tarifa plana permiten consumir todo aquello que está disponible en su canal– ha sido clave en la irrupción de los audiolibros, en lo que creo que se considerará la era del audio.

Con este curioso, rompedor y también exitoso tuit empezamos a hablar de audiolibros. ¿Qué os parece? Es bonito y a la vez altruista. Se hizo eco La Vanguardia, si queréis conocer más detalles.

 

La unión de la lectura en voz alta y de los libros es una combinación fantástica por muchos motivos: para aquellos que no pueden o saben leer, para aquellos que quieren empezar a aprender, para los que aprovechan desplazamientos para que los lean, durante la práctica deportiva, para el aprendizaje de lenguas, para la promoción lectora y seguramente encontraremos muchos más argumentos para hacer crecer la lista.

 

Podemos definir los audiolibros como un medio para comunicar a partir de la lectura (de novelas, artículos, entrevistas, programas de radio, etc.) haciendo uso de la voz (real/humana, versión dramatizada o voz generada de manera electrónica), y a la vez pueden ser versiones reducidas o íntegras de los documentos. Para escucharlos hay que tener un dispositivo como un teléfono móvil o tableta, ya sea para una audición en línea o descargando los contenidos previamente. La lectura en voz alta y los audiolibros me trasladan al pasado, cuando era pequeña y me contaban cuentos, y también me llevan al presente, cada anochecer cuando leo a mis hijos.

 

Tal y como explica Juan Baixeras, gerente de Audible en el Estado español, «El audiolibro es un formato maduro en Estados Unidos sobre todo porque mucha gente debe recorrer largas distancias en coche o transporte público para ir a trabajar. En Alemania el auge vino porque los padres ponían audiolibros infantiles a sus hijos, y en el Reino Unido el formato siempre ha funcionado muy bien». En la entrevista añade: «En España ha llegado mucho más tarde pero ha agarrado fuerte no solo por el auge de lo digital y del aumento casi exponencial de títulos disponibles, sino también porque siempre hemos sido un país muy de audio».

 

En cuanto al perfil de la audiencia –como siempre se ha denominado desde la radio– o del lector de los audiolibros, los informes recientes indican que hay paridad de género, con una media de edad de 45 años. El último barómetro de lectura (Federación de Gremios de Editoras de España) indica que un 2,4 % de la ciudadanía española escucha audiolibros con periodicidad trimestral. En la plataforma Storytel, la mitad de los lectores que escuchan audiolibros lo hacen con una media de tres o más libros al mes, y una media de 20 libros anuales. El tiempo de escucha oscila entre 5 y 10 horas a la semana (33,65 % de los lectores), grupo seguido de los que lo hacen entre 2 y 5 horas, que representan un 25,18 %. Según datos de Audible, el 34 % de la población del Estado español ha escuchado ya algún audiolibro y el 5,2 % lo hace cuando menos una vez al mes, lo que supone un incremento del 79 % en dos años. Las previsiones («Informe BookWire 2021 Evolución del mercado digital [ebooks, audiolibros y pódcast]) en España y América Latina»») esperaban que en 2021 se experimentara un crecimiento de más de un 30 % de ventas de audiolibros, que tenía que suponer 13 millones de euros en el mercado español. Otro informe de referencia, «The digital consumer book barometer», corrobora que los nuevos modelos de distribución y negocio crecieron e incrementaron la popularidad rápidamente, como la suscripción de libros electrónicos y audiolibros. Asimismo, el estudio concluye que las tendencias ya se producían antes de la COVID-19, pero «a menudo eran ignoradas o mal interpretadas como fenómenos de nicho» y posteriormente ha habido una aceleración.

 

Los cambios en los hábitos de consumo, el uso cada vez superior de dispositivos móviles, el aumento del pódcast, el estilo de vida actual y la opción de compaginarlo con otras actividades son algunos de los motivos del éxito de este formato y las previsiones apuntan que seguirá al alza. Según Baixeras, el motivo principal del éxito es la apuesta de las plataformas y editoriales para potenciar el formato en sus catálogos. Los esperanzadores datos del sector ya han permitido generar un nuevo perfil profesional: el director de audiolibros.

 

¿Qué plataformas de audiolibros encontramos?

 

En los últimos años se han creado nuevas plataformas que se centran exclusivamente en pódcast y audiolibros y, por otro lado, tenemos las editoriales, que ya tienen trayectoria en libros leídos, y también se han sumado al negocio. Cada una con la voluntad de las marcas de aportar valor y diferenciarse de la competencia. Lo hacen, por ejemplo, incorporando voces conocidas de actores o actrices; con prestaciones que permiten parar, retroceder; poner un temporizador para dormir; tomar anotaciones; marcar el ritmo de lectura; disponer del modo coche y no poner límite en el consumo de títulos a cambio de una tarifa plana.

 

Hay tiendas donde comprarlos, como Audioteka, iBookstore de Apple o Google Play, y evidentemente las bibliotecas también disponen de catálogos que permiten acceder a estas como las colecciones en papel. Aun así, la irrupción se ha producido con las plataformas de acceso ilimitado mediante la suscripción, por un coste aproximado de 10 euros mensuales, similar a plataformas de vídeo bajo demanda. Es el caso de Audible (plataforma fililial de Amazon) o Storytel, que tienen audiolibros producidos por editoriales o los que producen ellos después de haber adquirido los derechos de las obras. Estas empresas utilizan los datos de ventas (en el caso de Amazon y Audible) para escoger qué títulos incorporar o negociar con las editoriales para tener exclusividad durante un cierto tiempo.

 

Como curiosidad, por cada hora de audiolibro se tiene que invertir, como mínimo, una hora y media de grabación si los narradores son experimentados, pero perfectamente puede ser necesario utilizar cuatro. Este cómputo no incluye la preproducción, la elaboración de los guiones, ni la posproducción.

 

Como consumidora de audiolibros hay un hecho que me genera preguntas y para lo que necesito seguir buscando información y formándome: ¿el procesamiento de la lectura es igual cuando lees que cuando escuchas? ¿Escuchar es leer? ¿Se requiere un aprendizaje a la hora de escuchar libros? Para seguir pensando os recomiendo un breve pódcast («Two Guys on Your Head-Reading vs. Listening») que habla y reflexiona sobre ello.

 

Para saber más:

Federación de Gremios de Editoras de España (2019). «Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España 2019» [en línea]. Disponible en: https://www.federacioneditores.org/img/documentos/210220-notasprensa.pdf

BLANCO, Leticia. «El futuro del libro». En: El País [en línea]. Disponible en: https://www.elmundo.es/cultura/literatura/2021/11/13/618e6be9fc6c83361f8b4598.html

 

Citación recomendada

OLLÉ, Candela. La era del audio y el despegue de los audiolibros. COMeIN [en línea], febrero 2022, no. 118. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n118.2213

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