Hace casi 100 años, el economista John Maynard Keynes afirmaba que el sistema capitalista no tendería al pleno empleo, ni al equilibrio de los factores productivos, sino hacia un equilibrio que solo de manera accidental coincidiría con el pleno empleo. Según sus predicciones, la sociedad actual ya habría avanzado tanto que los países más desarrollados se podrían permitir el lujo de realizar jornadas laborales de 15 horas semanales. La realidad actual, sin embargo, es muy diferente.
La tecnología se ha utilizado no para liberarnos de tareas superfluas, sino para hacernos trabajar más y de una manera más estresante. Pese a las pruebas piloto de semanas laborales de 4 días, que se están llevando a cabo en diferentes regiones y que parecen ser un éxito, todavía hay muchos sectores profesionales en los que la presión para producir y entregar los trabajos en plazos de tiempo muy cortos hace que muchos de sus profesionales acaben quemados. El ámbito de la comunicación, desgraciadamente, es uno de ellos.
Muchas reuniones, algunas poco necesarias, son una de las mayores pérdidas de tiempo. La experta Pilar Jericó afirma que hay que gestionar las reuniones de manera adecuada para aumentar la productividad, la tranquilidad y, sobre todo, el tiempo, para poder destinarlos a las tareas más importantes. Por eso aconseja dejar claros los objetivos antes de una reunión y convocar solo a los asistentes que realmente sean indispensables. Durante el encuentro hay que definir los roles y utilizar el menor tiempo posible. Al finalizar, hay que revisar los planes de acción y compromisos, así como hacer un posterior seguimiento de estos.
El éxito de las reuniones también está marcado por el día de la semana que escogemos. Estudios previos demuestran la poca eficacia de convocarlas lunes o viernes, cuando nos distraemos pensando en el fin de semana, y afirman que los martes se pueden considerar los días más productivos. El horario también es un factor importante. Se cree que si se convocan a primera hora de la mañana, solo uno de cada tres asistentes lo aprovechará, puesto que no habrá tenido suficiente tiempo para prepararla. Hacerla antes de la pausa para la comida o a última hora de la tarde tampoco sería muy recomendable, puesto que muchos estarían pendientes de la comida o del reloj para marcharse.
Algunas grandes empresas también han cambiado la dinámica de sus encuentros de trabajo, huyendo de las eternas presentaciones con PowerPoint. Amazon tiene por costumbre escribir memorándums redactados en un máximo de 6 páginas. Estos se envían a los asistentes a la reunión con suficiente antelación para que los participantes puedan trabajar y reflexionar sobre sus contenidos, lo que da pie a un encuentro de mejor calidad. De este modo, la información también queda mucho mejor desarrollada que en un PowerPoint lleno de titulares, pero con poco contenido.
Otro método en auge son las reuniones asíncronas, mediante herramientas tecnológicas colaborativas. De este modo, podemos compartir nuestras ideas y reflexiones sin tener que coincidir en un mismo momento. Algunas de sus ventajas son el hecho de poder reflexionar sobre las propuestas con más tiempo, sin tenernos que precipitar a la hora de dar nuestra opinión, así como poder acceder a la información siempre que se necesite, lo que nos libera de estar tomando notas.
Últimamente también empieza a tener bastantes adeptos un tipo de reunión dinámica llamada walk and talk. Estas reuniones se plantean como un encuentro de unos 30 minutos que se lleva a cabo fuera de la oficina, andando. Uno de los efectos más beneficiosos que tiene es que, con este ejercicio, se potencia el pensamiento creativo, puesto que nuestro cerebro recibe más oxígeno, y la inspiración nos llega con más facilidad, gracias al incremento de la memoria asociativa. Los investigadores Marily Oppezzo y Daniel Schwartz explican sus beneficios con detalle en este artículo científico.
Todos estos tipos de reuniones, más breves y resolutivas, nos pueden ayudar, sin duda, a ganar tiempo, a ser mucho más productivos y a tener ratos de ocio para nosotros mismos. Las rutinas de trabajo y la buena planificación de este también son herramientas que nos pueden ayudar mucho en nuestro día a día laboral. Dave Trott, gran director creativo y escritor norteamericano, explica que lleva un registro de todas las ideas que le van viniendo a la cabeza para cuando las necesite más adelante. Recordando las lecciones aprendidas de su maestro, el publicista John Webster afirma que «the worst time to look for an idea is when you need one (...) Everyone is full of great ideas they’ve loved over the years, but most people just let them evaporate, they forget them». Así, explica cómo reutiliza las ideas que no necesita en ese momento o que ha rechazado algún cliente y las deja para más adelante. Otra manera de explorar nuevas ideas es prestando atención a todo lo que nos rodea, no para copiarlo, sino para utilizarlo como fuente de inspiración. De este modo explica cómo el monstruo de las galletas de Barrio Sésamo inspiró el monstruo de la miel de los cereales Sugar Puffs.
El monstruo de la miel, mascota de los cereales Sugar Puffs
Fuente: Honey Monster Foods Ltd.
Maneras de activar la creatividad
El hecho de retarnos constantemente con nuevas tareas y aprendizajes, salir de nuestra zona de confort y explorar nuevas ideas y enfoques estimula la plasticidad cerebral. De este modo podemos fortalecer las conexiones neuronales relacionadas con la creatividad.
La neurociencia ha demostrado que nuestro cerebro es más propenso a generar ideas creativas cuando estamos relajados y en un estado de menor actividad mental conocido como «modo de reposo». Dedicarnos un rato a desconectar, meditar o simplemente relajarnos puede ser muy útil para reducir el estrés y permitir que nuestro cerebro realice conexiones inesperadas y creativas.
La curiosidad también es un impulsor clave de la creatividad. Se ha demostrado que cuando somos curiosos nuestro cerebro libera dopamina, un neurotransmisor asociado al placer y la motivación. Al alimentar nuestra curiosidad, ya sea a través de la exploración de nuevas áreas de interés o haciéndonos preguntas que resulten desafiantes, se potencia nuestra capacidad creativa.
Para acabar, un último potenciador de nuestra creatividad sería el juego. Este estimula la liberación de endorfinas y activa las áreas cerebrales asociadas con la imaginación y la resolución de problemas. Si abordamos nuestras tareas profesionales con una mentalidad de juego, generaremos ideas nuevas de una manera más libre, experimentando sin tener miedo al fracaso, y consiguiendo encontrar soluciones innovadoras.
Para saber más
FERNÁNDEZ, Tino (2011). «Martes, a las 16 horas... El mejor momento para una reunión». Expansión [en línea]. Disponible en: https://www.expansion.com/2011/11/01/empleo/desarrollo-de-carrera/1320168084.html
JERICÓ, Pilar (2014). «Cómo evitar que las reuniones sean una pérdida de tiempo». Pilarjerico.com [en línea]. Disponible en: https://www.pilarjerico.com/como-evitar-que-las-reuniones-sean-una-perdida-de-tiempo/
OPEZZO, Marily; SCHWARTZ, Daniel (2014). «Give Your Ideas Some Legs: The Positive Effect of Walking on Creative Thinking». Journal of Experimental Psychology: Learning, Memory, and Cognition vol. 40, n.º 4, págs. 1142-1152 [en línea]. Disponible en: https://www.apa.org/pubs/journals/releases/xlm-a0036577.pdf. DOI: http://dx.doi.org/10.1037/a0036577
TROTT, Dave (2022). «The worst time to look for an idea». Dave Trott’s blog [en línea]. Disponible en: https://davetrott.co.uk/2022/05/the-worst-time-to-look-for-an-idea/
Citación recomendada
MONTAÑA, Mireia. «Activa la creatividad y aprovecha mejor la jornada laboral». COMeIN [en línea], junio 2023, no. 133. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n133.2343
Profesora de Comunicación en la UOC