Las personas con autismo tienen competencias muy valiosas para el sector de la comunicación (y muy probablemente para la mayoría de sectores profesionales), pero todavía topan con un entorno que no sabe apreciarlas. Hacerlo más inclusivo es una cuestión de justicia... y de inteligencia colectiva.
Las empresas de comunicación y relaciones públicas (RRPP) suelen buscar perfiles que combinen creatividad, empatía, adaptabilidad y fuertes habilidades sociales. Pero… ¿y si estas mismas cualidades pudieran expresarse de formas menos convencionales? ¿Y si la diferencia, lejos de ser un obstáculo, fuera una fuente de innovación?
Estas preguntas fueron el punto de partida del estudio que acabamos de publicar en el volumen 42(2) de Comunicació: Revista de Recerca i d’Anàlisi. En él, exploramos los retos y las oportunidades de inserción laboral de las personas con trastorno del espectro autista (TEA) en el sector de la comunicación y las RRPP.
El objetivo era entender no solo cuáles son los obstáculos existentes, sino también qué fortalezas pueden aportar estos profesionales y hasta qué punto se alinean con las competencias que el sector más valora.
Un sector que habla mucho, pero todavía escucha poco
A pesar de ser un ámbito en el que –en principio– se defiende la diversidad y la inclusión, la comunicación continúa siendo un espacio en el que la neurodiversidad es prácticamente invisible. De hecho, no se han encontrado estudios previos, ni en España ni en el extranjero, que analicen la presencia de personas con TEA en este sector.
Las entrevistas que hemos realizado a profesionales con autismo y a empleadores del sector, junto con el análisis de testimonios internacionales, revelan un panorama lleno de contrastes. Por un lado, hay dificultades vinculadas a la interpretación de los códigos sociales o a la gestión de imprevistos. Por otro, emerge una riqueza competencial a menudo ignorada.
Las personas con TEA destacan por su capacidad analítica, precisión, sinceridad y constancia. También por una forma de pensar que desafía el pensamiento convencional. «No he pensado dentro de la caja en mi vida», decía una de las entrevistadas. En un sector donde la creatividad es clave, quizás es el momento de reconsiderar qué quiere decir, realmente, pensar diferente.
Cuando las competencias coinciden
Uno de los resultados más reveladores de la investigación es el cruce entre las competencias que exige el sector de la comunicación y las que caracterizan a muchas personas con autismo.
Los marcos profesionales internacionales, como el Professional Bond de la Commission on Public Relations Education o el Global Body of Knowledge de la Global Alliance for PR and Communication Management, destacan habilidades como la creatividad, la capacidad de análisis, la fiabilidad, la ética profesional, la transparencia y la conciencia intercultural. Curiosamente, estas también son algunas de las fortalezas más frecuentes en el colectivo con TEA.
A continuación detallamos algunas coincidencias clave entre competencias sectoriales y perfiles autistas son las siguientes:
- Atención extrema al detalle y rigor analítico, ideales para tareas de monitorización, redacción o análisis de datos.
- Honestidad y coherencia, valores centrales para construir confianza en la comunicación corporativa.
- Pensamiento lógico y estructurado, útil para la planificación estratégica y la gestión de crisis.
- Perseverancia y compromiso, frente a un entorno laboral a menudo marcado por la inmediatez.
- Creatividad divergente, fruto de un procesamiento cognitivo que conecta ideas de manera no convencional.
Como recuerda el profesional británico Lyndon Johnson en PRovoke Media: «Nuestra manera de pensar no es un hándicap: es otra forma de llegar a conclusiones nuevas». Así, nuestro estudio muestra que las diferencias cognitivas no son deficiencias, sino activos profesionales que pueden enriquecer la disciplina si los entornos aprenden a reconocerlos y potenciarlos.
Adaptaciones que incluyen –y benefician– a todo el mundo
Muchos de los obstáculos que dificultan la inserción de personas con TEA no provienen de su condición, sino del entorno laboral. Oficinas abiertas con ruido constante, instrucciones ambiguas o procesos de selección basados en entrevistas sociales pueden convertirse en barreras más grandes que cualquier limitación individual.
Las adaptaciones necesarias son, en realidad, sencillas y a menudo de coste muy bajo. Experiencias de éxito de empresas como Specialisterne lo confirman.
A continuación, algunas buenas prácticas identificadas en la investigación que podrían aplicarse en el sector profesional de la comunicación y las RRPP:
- Flexibilidad horaria y posibilidad de teletrabajo para reducir sobrecargas sensoriales.
- Espacios tranquilos y personalizados, con luz natural y menos estímulos auditivos.
- Comunicación clara, literal y estructurada, con retornos (feedback) frecuentes y objetivos concretos.
- Persona de enlace o mentor, que haga de puente entre el trabajador o trabajadora con TEA y el resto del equipo.
- Formación interna en neurodiversidad, para sensibilizar a compañeros y mandos intermedios.
Estas prácticas no solo mejoran la inclusión, sino que también benefician al conjunto de la plantilla, aumentando la claridad comunicativa y el bienestar laboral. En palabras sencillas: hacer un entorno más accesible es hacerlo mejor para todo el mundo.
Hacia una nueva manera de entender la comunicación
La incorporación de profesionales neurodivergentes nos interpela como sector. En un mundo donde se valora el carisma o la velocidad, quizás ha llegado el momento de reivindicar la profundidad, la autenticidad y la ética.
Una de las participantes en el estudio lo expresaba así: «Mi potencial de comunicación simplemente es diferente, pero esto no quiere decir que no sea útil». Quizás esta es la gran lección: la comunicación no es solo hablar bien, sino entender mejor. Entonces, ¿nos podemos permitir continuar ignorando este talento? ¿Cuántas historias creativas y honestas nos estamos perdiendo porque no sabemos escuchar la diferencia? Si el sector de la comunicación quiere ser líder en diversidad, quizás ha llegado el momento de hacer lo que mejor sabe hacer: dar voz a quien todavía no la tiene.
Para saber más:
COMPTE-PUJOL, Marc; ESTANYOL, Elisenda; LALUEZA, Ferran (2025). «La inserció laboral de les persones amb autisme com a professionals de la comunicació i les relacions públiques». Comunicació: Revista de Recerca i d’Anàlisi, vol. 42, n.º 2, págs. 67-95. DOI: https://doi.org/10.2436/20.3008.01.258
Imagen de portada:
Foto de Pexels / Leeloo The First
Citación recomendada
COMPTE PUJOL, Marc; ESTANYOL, Elisenda; LALUEZA, Ferran. «Cuando la diferencia comunica: autismo y talento en las profesiones de la comunicación». COMeIN [en línea], diciembre 2025, no. 160. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n160.2588
Marc Compte PujolProfesor de Comunicación en la UOC
Ferran LaluezaProfesor de Comunicación Corporativa de la UOC y director de COMeIN
@ferranlalueza.bsky.social @ferranlalueza



