Número 114 (octubre de 2021)

Mundo 'hacker' y diseño (III): cultura 'maker', entre el diseñador 'hacker' y el diseñador neocón

Efraín Foglia

Además del hacker, revisaremos la figura contemporánea del maker. La figura del maker nace vinculada a la fabricación digital en los inicios del año 2000. Muchas personas ven a esta figura como la domesticación de los hackers, jóvenes de clase media, provenientes de ámbitos creativos y que se especializan en el relato de las recién llegadas tecnologías de la fabricación digital. Los makers ondean la bandera de una nueva sociedad de consumo más democrática. 

Las tecnologías enmarcadas en la cultura maker están basadas en el uso de maquinaria de producción de objetos conectada a la red, accesible a las personas y con una comunidad detrás. Las impresoras 3D y las cortadoras láser son las princesas de la nueva ola del diseño que promete la diversificación de la producción de objetos hasta límites inimaginables.
 

El movimiento maker llega con un potencial ingente de la mano del ya célebre MIT, que replica su modelo en todo el mundo publicitando grandes beneficios ligados a la descentralización de la producción. Lemas como «todo el mundo terminará imprimiendo sus objetos desde casa» o «todo es posible de fabricar si puedes imprimir en físico y volumétrico todo lo que imaginas». El modelo de Fab Lab del MIT es replicado en todo el mundo, como el caso de Barcelona con sus Ateneus de Fabricació. Este modelo de Fab Lab se ha convertido en una tendencia a nivel mundial y ha generado una gran influencia en otros proyectos de construcción colectiva. Los Fab Lab son laboratorios de fabricación que promulgan la llamada tercera revolución industrial.
 
«El surgimiento del Movimiento Maker y de su narrativa es también la reacción a otro fenómeno: la pérdida, en muchos países europeos, de habilidades artesanales y de artesanos, no solamente durante la Revolución Industrial, sino también durante el periodo de florecimiento económico posterior a la Segunda Guerra Mundial. Durante estas décadas de crecimiento, mucha gente se desplazó de sus pequeños pueblos y comunidades hacia las principales ciudades de sus países, perdiendo, de esta forma, su instinto comunitario y acostumbrándose al consumismo más que a una tradicional actitud basada en el modelo “Hazlo tú mismo”. Este modelo surge recurrentemente en periodos de escasez de recursos. Desde casa con su propio taller, con un centro comercial en la proximidad. Cada país ha tenido una historia diferente, pero esto es un patrón que he visto en muchos lugares, desde Italia hasta Finlandia, cuando preguntaba a los makers locales si percibían al Movimiento Maker como una nueva revolución.» (Menichinelli, 2018, pág. 20)
 
En este movimiento cultural, más que cambiar la perspectiva política de la tecnología, como los hackers, de lo que se trata es de militar en un modelo basado en el uso de tecnologías muy concretas y con objetivos muy claros. El modelo define por defecto las herramientas que, hay que subrayarlo, son potentes e interesantes. La fabricación digital es un paso importante para el mundo del diseño, es un nuevo paradigma en el que en lugar de digitalizar cosas y, a lo mucho, imprimirlas en dos dimensiones, ahora con una impresora 3D puedes inventar objetos directamente en la pantalla y convertirlos en átomos físicos y materializarlos de forma real y tangible. Asimismo, la cortadora láser es la evolución de una impresora de papel láser, pero en este caso, con una estructura tecnológica semiindustrial que te permite imprimir materiales físicos como la madera. No tardaremos en poder acceder a cortadoras láser de cualquier material posible, como el metal o el cristal. Ya existen, pero de momento son poco accesibles para el público general debido a su alto coste. 
 
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 Flor maker

 
Desde la gran industria aún se ven estas tecnologías como juguetes hipsters, pues no dejan de ser artefactos empequeñecidos de la gran maquinaria de la industria pesada, pero lo cierto es que esta maquinaria ha sufrido una domesticación interesante que nos permite imaginar nuevos modelos productivos. En los últimos años se han vendido centenares de impresoras 3D, así como cortadoras láser; de igual forma, miles de escuelas de diseño o laboratorios han adquirido estos aparatos. Esto sin contar los miles de cursos o programas de estudios que contemplan planes para enseñar la cultura maker. Por lo tanto, hemos visto nacer un gran negocio que ha llegado para quedarse con una etiqueta prediseñada, la etiqueta maker.
 
Los espacios de producción maker no solo se basan en las dos tecnologías mencionadas anteriormente, también se valen de un gran abanico de hardware y software alineado con la cultura de la colaboración, un valor que en principio comparten con la cultura hacker. Revisemos los postulados fundacionales de este movimiento a partir de su manifiesto:
 
The Maker Movement Manifesto, de Mark Hatch, es un libro que recopila una serie de postulados que intentan definir tanto el entorno de trabajo alrededor de las prácticas maker como establecer un listado de preceptos que hay que seguir para tener una ética maker.
 
Hacer
Hacer es algo fundamental de la humanidad. Debemos hacer, crear y expresarnos para sentirnos completos. Hay algo especialmente único sobre lo tangible. Las cosas son como pequeñas partes de nosotros mismos.
 
Compartir
Compartir lo que has hecho y lo que sabes hacer con otros es el método por el que un maker consigue un sentimiento de completitud. No puedes hacer y no compartir.
 
Dar u ofrecer
Hay pocas cosas tan desinteresadas y satisfactorias como regalar algo que tú has hecho. El hecho de hacer ya pone una pequeña parte de ti en el objeto. Entregarlo a otra persona es como entregarle a alguien una pequeña parte de ti mismo. Por eso dar puede ser tan valioso.
 
Aprender
Debes aprender para hacer. Debes empujarte a aprender nuevas técnicas, materiales y procesos. Construir un camino para el aprendizaje a lo largo de la vida te garantiza una vida rica y reconfortante en el hacer, lo que te permitirá compartirlo con otros.
 
Equiparte
Debes tener acceso a las herramientas adecuadas para el proyecto en el que estás trabajando. Invierte y consigue el acceso a lo que necesitas para hacer las cosas que quieres. Las herramientas hoy en día son más baratas, más sencillas o más potentes.
 
Jugar
Juega y cacharrea con lo que estás haciendo. Te sorprenderás, emocionarás y estarás orgulloso de lo que descubras.
 
Participar
Únete al movimiento maker y contacta con otros que están descubriendo su pasión por crear. Organiza fiestas, eventos, días, ferias, exposiciones con y para los otros makers en tu comunidad.
 
Apoyar
Esto es un movimiento y, por tanto, requiere apoyo emocional, intelectual, financiero, político e institucional. Nosotros somos la mejor esperanza para mejorar el mundo y somos responsables de crear un futuro mejor.
 
Cambiar
Abraza el cambio, ya que ocurrirá de forma natural según recorres tu camino maker. A partir del espíritu del «hacer», te recomiendo enfervorecidamente que tomes este manifiesto, hagas tus cambios y que lo hagas tuyo. ¡Esto es de lo que se trata el hacer!
 
 
Asimismo, existe una visión crítica al denominado movimiento maker. Un grupo de especialistas vinculados al diseño, la pedagogía y el activismo escribieron un buen número de ensayos editados bajo el título Deconstruyendo el Manifiesto Maker (2018), en el cual postulaban ideas para situar el movimiento desde una visión crítica y local. Muchas de las tendencias del diseño, desde un punto de vista histórico, han aterrizado como un ovni en las ciudades y han sido recibidas con palmas sin ningún escrutinio intelectual.
 
«Entendemos que el cambio vinculado a la cultura maker debe ser consecuencia de un proceso de reflexión en sintonía con el momento actual de nuestra sociedad. Dicho debate lo debemos ubicar en el escenario de una sociedad que pretende ser participativa y que cuestiona sistemas anquilosados provenientes del capitalismo voraz. La discusión la debemos centrar en el campo de lo político más que en lo técnico. Debemos evitar un lenguaje excesivamente tecnológico en el análisis del fenómeno maker y poner la lupa en el impacto social producido por el mismo. Los cambios políticos nos anuncian tiempos en los que debemos crear nuevas diagnosis y resignificar nuestras prácticas culturales y creativas; todo esto no debe ser ajeno a los nuevos escenarios productivos como el del fenómeno maker.» (Foglia, 2018, pág. 45)
 
 
Para saber más:
 
MENICHINELLI, M. (2018). «Deconstruyendo y rehaciendo las identidades de los Makers». En: Autores varios. Deconstruyendo el Manifiesto Maker. Barcelona: Trànsit Projectes.
 
FOGLIA, E. (2018). «Cambio». En: Autores varios. Deconstruyendo el Manifiesto Maker. Barcelona: Trànsit Projectes.
 

Cita recomendada

FOGLIA, Efraín. «Mundo 'hacker' y diseño (III): cultura ‘maker’, entre el diseñador ‘hacker’ y el diseñador neocón». COMeIN [en línia], octubre 2021, no. 114. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n114.2164

diseño;  cultura digital;  gestión del conocimiento; 
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