Cómo se fabrican, cómo se difunden y cómo se pueden identificar las noticias falsas son tres grandes cuestiones que encuentran su respuesta, en parte, en la exposición Fake News. La fábrica de mentiras. El recorrido de la exposición empieza en la antigua Roma y acaba con las inteligencias artificiales (generativas) y deep fakes actuales. El punto de inflexión se produce con la irrupción de internet y de las redes sociales, puesto que desde entonces la explosión desinformativa ha ido in crescendo.
Disinformation («false information spread in order to deceive people; deliberately misleading or biased information; manipulated narrative or facts; propaganda») y misinformation («wrong information, or the fact that people are misinformed») son conceptos que en lengua inglesa se expresan con palabras diferentes para designar matices bastante importantes de intencionalidad, pero en castellano o catalán encontramos una única traducción, que es desinformación, y metemos diferentes voluntades en un mismo saco. A pesar de que no son de la misma familia léxica, fake news e infoxicación son otros conceptos relacionados.
Sobre desinformación política, de fake science, sobre propaganda en tiempo de guerra… se ha escrito mucho en COMeIN. Hoy os propongo un paseo por Fake News. La fábrica de mentiras. La exposición comisariada por el periodista Mario Tascón, muerto recientemente, que se puede visitar en el Espacio Fundación Telefónica de Madrid (con la colaboración de la Biblioteca Nacional de España, la Universidad San Pablo-CEU y la Fundación Maldita.es), presenta un total de 120 piezas de más de diez creadores, y permanecerá abierta al público hasta el 19 de noviembre.
‘Fake News’: la exposición
La exposición, como la sociedad en la que estamos inmersos, tiene muchos datos –provoca, de hecho, un bombardeo de datos–. Según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid, «el 90 % de la población española ha compartido noticias falsas alguna vez. La mayoría dice que lo hace por diversión y porque cree que no causa ningún mal. Por el contrario, el 7 % lo hace por interés económico, político o publicitario, y un 3,5 % con la intención de perjudicar a alguien». Además, debemos ser conscientes de que la capacidad de atención ha bajado de 12 segundos (año 2000) a 8,25 (año 2015) y se habla de 8 segundos en 2023 (datos extraídos de la exposición).
Fake News. La fábrica de mentiras presenta diferentes conceptos –algunos que considero claves– para poder identificar la desinformación y descifrar la infoxicación (concepto que tildan de nuevo, aunque ya tiene una década de recorrido, desde que Alfons Cornella reflexionó al respecto en 2013) con una mirada más crítica. Junto a esta premisa, se encuentra el sesgo cognitivo, concepto empleado en 1972 por los psicólogos israelíes Kahneman y Tversky, que hace referencia a «una errónea interpretación sistemática de la información disponible que ejerce influencia en la manera de procesar los pensamientos, emitir juicios y tomar decisiones». También hay que conocer el índice de verosimilitud, que tiene dos factores principales que afectan a la verosimilitud que otorgamos a una imagen, texto, imagen, sonido o vídeo. Por un lado, la proximidad emocional a las creencias del receptor y, por el otro, si la información impacta emocionalmente y coincide con las ideas es muy probable que se considere verdadera. La coincidencia de ambos factores conlleva que a las personas no les quepan dudas. Además, en la exposición se representa, de manera visual, la escala de manipulación (deep fakes, fake news, desinformación, propaganda y descontextualización) y las etapas, o también escalas, de cómo se fabrican las noticias falsas (convertir todos los temas en viscerales, polarizar de manera positiva o negativa, esconder los hechos, inventar problemas y aislar en cámaras de eco, definiciones extraídas de la exposición).
Escala de manipulación
Fuente: fotografía de Candela Ollé
Cómo se fabrican las noticias falsas
Fuente: fotografía de Candela Ollé
Una vez se está empapado de datos y conceptos, se entra en una sala amplia que lleva a viajar por la historia de la humanidad, empezando en la antigua Roma para acabar antes de la llegada de internet y de las redes sociales, con muchos ejemplos y casos documentados de cómo se manipulaba y creaban noticias falsas y sensacionalistas a lo largo de los siglos.
Inteligencia artificial y ‘fake news’
Para concluir, y también situado en la última sala de la exposición, se habla del impacto de las inteligencias generativas en la creación de deep fakes y también se menciona la importancia de una alfabetización mediática, a pesar de que se pasa de puntillas por ello. Lamentablemente, sin embargo, la pregunta de qué podemos hacer para combatirlas –a pesar de la complejidad y dificultad que representa la IA– constituye una parte menor, si se compara con el resto de los apartados de la exposición. Aun así, se recogen los consejos que se ofrecen antes de compartir una información, desde comprobar el contenido, el medio de comunicación, la autoría, las fuentes y las imágenes hasta cuestionarse y sumarse a iniciativas de cazadores de desinformación. Antes de salir de la exposición hay una lista con los aspectos que analizar que ayudan a identificar si se trata de una deep fake, y hay que tener buena vista. Fijarse en el contorno del perfil; si el rostro es borroso; los bordes visibles del propio rostro o figura; la oclusión facial; la perspectiva errónea; el efecto de parpadeo de los ojos; el desajuste del color de la piel y, para acabar, señales de desajuste a escala global.
Para saber más:
CORNELLA, Alfons (2013). «Infoxicación» [en línea]. Disponible en: https://alfonscornella.com/2013/10/02/infoxicacion/
Podéis complementar la lectura de este artículo con la consulta de toda la información disponible en el sitio web del Espacio (nota de prensa, guías de lectura, actividades escolares y manual para combatir la desinformación): https://espacio.fundaciontelefonica.com/evento/fake-news-la-fabrica-de-mentiras/
Citación recomendada
OLLÉ, Candela. «Paseamos entre la desinformación». COMeIN [en línea], noviembre 2023, no. 137. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n137.2370
Profesora de los Estudios de la Información y de la Comunicación UOC y project manager de la red Maredata
@CandelaOlle