Los bloggers están de moda. Estos nuevos profesionales han desafiado los gigantes grupos mediáticos para hacer oír su voz. Como si fueran pequeños artesanos han ido tejiendo su discurso ‒lleno de historias curiosas, novedades, mucho criterio y disciplina‒ hasta hacerlo llegar a un mundo globalizado.
La información y conceptos relacionados no se encuentran suficientemente incorporados en la teoría ni, todavía menos, en la práctica económica. Esto comporta dificultades para comprender la economía real, tal y cómo se desarrolla actualmente, en entornos altamente intensivos en información digital.
Entre las prácticas de publicidad alternativa, el controvertido marketing de emboscada (en inglés, ambush marketing) se ha asociado fundamentalmente a la intromisión de marcas en grandes acontecimientos deportivos o culturales, al margen de la oficialidad de patrocinios costosos. Sin embargo, también se empieza a vincular con acciones publicitarias entendidas como auténticos ataques por sorpresa.
Hace algunos meses que observo con cierta curiosidad el uso de Twitter que hacen los programas de televisión, tratando de entender hasta qué punto la relación con la red social de algún modo puede influir en términos positivos, negativos, o simplemente neutros, no sólo a la construcción de las audiencias, sino a los contenidos o dinámicas de los mismos. La forma en que se ha introducido esta herramienta en los programas de televisión es bastante variada: desde la publicación de comentarios en directo, sustituyendo claramente los SMS, hasta la elaboración de elementos narrativos.
En plena Sociedad de la Información resulta incluso sorprendente la eficacia comunicativa que puede llegar a tener una señal de humo: una fumata blanca que es capaz de cambiar portadas de periódicos o abrir informativos en diferentes partes del mundo. A ella se suman dos palabras en latín, Habemus papam, que se reactualizan por el significado que albergan. Mientras, los internautas, con el uso de diferentes hashtags, convierten la noticia en trending topic. Son paradojas y contradicciones de la cobertura informativa del proceso de elección del nuevo Papa, en el que conviven fórmulas clásicas, casi ancestrales, y nuevos lenguajes.
El entorno globalizado en que vive la sociedad de la información requiere de pautas homogéneas para gestionar la información y la documentación de manera eficiente. Un innumerable elenco de hechos nos conduce a esta idea. Como consecuencia, desde hace años, un amplio grupo de profesionales de diferentes ámbitos y países están pensando sobre la homogeneización de las prácticas en gestión de la información y, fruto de sus trabajos, tenemos una serie de normas, muchas de ellas desarrolladas en el marco organizativo de la International Organization for Standarization (ISO).
Los servicios de inteligencia han guardado durante años dosieres con información, a veces "sensible" a veces "privilegiada", sobre objetivos de seguimiento de alto interés para la gobernabilidad de los países que llevan a cabo esta práctica como mecanismo de seguridad. Si nos alejamos de este escenario, cercano al pensamiento de la Guerra Fría, la globalización de la actividad económica y la movilización social a través de los medios de comunicación y de las redes sociales, han llevado a las empresas, instituciones y agentes sectoriales a adoptar este tipo de práctica con el objetivo de estar informados constantemente de los acontecimientos relevantes del entorno estratégico de cualquier organización.
Los Game Studies y multitud de disciplinas como la sociología, la psicología o diferentes teorías cognitivas y educativas ya llevan unos cuantos años investigando los videojuegos educativos y comerciales, el game-based learning (aprendizaje basado en juegos) y los serious games (juego serio) desde diversos y complementarios puntos de vista. La acumulación de resultados de la última década nos han ayudado a prestigiar un objeto cultural abandonado y menospreciado pero, por encima de todo, ha generado un capital cultural (datos, teorías, conceptos, respuestas y nuevas preguntas) enormemente valioso y útil que nos permite tener ciertas certezas, desmontar mitos, conceptos erróneos o visiones ingenuas.
El último cambio de la web de The Boston Globe es un referente en el uso del diseño adaptable o responsive design, en inglés, en un medio de comunicación. Dos de las personas responsables de esta decisión, Dan Zedek y Tito Bottitta, estuvieron en Barcelona desvelando los detalles.
Los partidos políticos, como otros tipos de entidades, todavía no han asimilado suficientemente ‒creo‒ la importancia en la Sociedad de la Información de saber buscar y ofrecer información para su día a día. Últimamente, en Cataluña varios acontecimientos han sacudido a la sociedad. Sobre todo, en temas de política muy ligados a la corrupción. Pero algunas lecciones podemos extraer como profesionales de la información y pensando desde el punto de vista de la información.