La participación más activa de los asistentes, la vertiente virtual, la integración de los formatos de comunicación, el establecimiento de focos temáticos y el estímulo del componente lúdico son aspectos que cada vez se tendrán más en cuenta en la organización de los eventos del futuro.
Lo más importante en la comunicación se resuelve en unos pocos segundos: los primeros segundos en los que estamos en contacto con otra persona o con un mensaje. Los primeros segundos en los que actúan los mecanismos inconscientes y la intuición suelen marcar los juicios que generamos sobre el otro. Esta defensa del papel de la intuición en la comunicación es relativamente nueva. La historia, forjada por los próceres que consideraban la intuición un asunto menor, irrelevante, ha apartado la intuición y lo inconsciente de la línea central del conocimiento y los ha convertido en las malas hierbas que crecen en los marjales.
La innovación pensada en términos de software libre hace posible crear de manera abierta y compartida nuevas opciones de trabajar y relacionarse con el entorno, de organizar y gestionar la información disponible diariamente o construir un nuevo modelo flexible de aprendizaje electrónico.
A medida que Internet ha ido potenciando su dimensión social, se ha incrementado exponencialmente el número de plataformas que permiten a cualquier persona con acceso a la Red mostrarse, darse a conocer, expresarse y, en definitiva, relacionarse con los demás en el entorno virtual. Así, del mismo modo que las empresas van forjando día a día su identidad digital corporativa, los individuos vamos construyendo nuestra identidad digital personal.
En los últimos meses, tres campañas publicitarias han reabierto la polémica en el Reino Unido sobre el abuso de las técnicas de retoque de imágenes en anuncios de productos cosméticos. ¿Vulneran también la legislación española estas campañas? ¿Qué sentido tiene y, sobre todo, qué consecuencias conlleva el uso (¡y abuso!) del retoque digital en publicidad?
Recuerdo cuando daba clase para futuros químicos en una universidad presencial; cuando tocábamos el tema de la propiedad intelectual e industrial, hacía levantar la mano a todos aquellos alumnos que querrían patentar alguno de sus inventos, como por ejemplo un medicamento nuevo o un proceso químico innovador. La mayoría levantaban la mano. A continuación, mientras tenían la mano levantada, les pedía que aquellos que descargaran o hubieran descargado alguna vez un archivo de la red de forma ilegal, bajaran la mano. También, la mayoría las bajaban. ¿Era una paradoja? ¿Era una incoherencia fruto de la juventud? No lo creo, más bien son las dificultades de la época en que les ha tocado vivir.
Se suele atribuir al geógrafo griego Estrabón el mito referente a la frondosidad de la Península Ibérica, según el cual una ardilla podía atravesarla saltando de árbol en árbol, sin tener que pisar el suelo en ningún momento. La saturación publicitaria en el panorama televisivo parece incuestionable, pero ¿es tanta como para poder practicar el zapeo inverso, es decir, ir saltando de canal en canal viendo sólo spots? Podemos comprobarlo.
Una de las últimas novedades en la utilización publicitaria de los medios es la del product placement virtual. Esta idea ha nacido de la agencia MPG-Media Contacts, que ha introducido un panel digital anunciando la cadena de ópticas Alain Afflelou en la serie Mentes criminales, emitida en Cuatro.
La cosa suele ir así: alrededor de determinados fenómenos televisivos, a menudo dirigidos a un público concreto, preferentemente pero no de forma exclusiva infantil o juvenil, se lanzan proclamas sobre la lamentable calidad de los productos televisivos actuales, de los dudosos valores que transmiten, de su escasa relevancia como producto cultural.... Y no es extraño que se acompañen de consideraciones sobre mejores tiempos donde la creatividad, la originalidad y los valores éticos marcaban la diferencia, donde las funciones de la televisión –formar, informar y entretener– eran consideradas como ejes de referencia irrenunciables. En tiempos de abyecta telebasura no hay duda de que la televisión de ahora no es como la de antes. En mi opinión, este es un buen lugar para empezar a tratar algunos tópicos. En esta ocasión, relacionados por un lado con la calidad televisiva y por otro, con algo todavía más etéreo, la nostalgia.
La demanda de community managers por parte de las empresas va en aumento y más aún la oferta formativa que pretende capacitarnos para tan importantes menesteres. Sin embargo, sigue sin haber un consenso claro sobre cuáles son las funciones a desempeñar ni de qué departamento deben depender. Lo que sí que parece evidente son las necesidades que las redes sociales están generando en las organizaciones. El tiempo dirá si tales necesidades debe cubrirlas una única persona o más bien un equipo coordinado.