Hace algo más de un año, circulaba por la vida con el piloto automático activado. Tenía trabajo, pareja y lugar de residencia estables. A nivel profesional, sobre todo, hacía más de dos años que trabajaba en la misma empresa y ya me conocía todos los protocolos de actuación. Me di cuenta de que necesitaba un reto, algún imprevisto que trastornara la rutina y me hiciera coger, de nuevo, el volante: ¿qué tal, por ejemplo, un máster en la UOC?
El reciente estreno de Drácula, coproducida por la BBC y Netflix, ha levantado fuerte expectación, además de no poca polémica por las libertades tomadas respecto al original literario y a las estructuras narrativas y temporales tradicionales. No es de extrañar, pues detrás de él se encuentran Mark Gatiss y Steven Moffat, quienes ya transgredieron con Sherlock.
Educación mediática, educomunicación, media literacy… Son varios los términos, incluso las tradiciones y los enfoques, que se encuentran detrás de este concepto. Una enseñanza que resulta fundamental para desarrollar conocimientos y habilidades necesarios para prevenir riesgos, pero también para aprovechar las posibilidades que brindan los medios. Un prisma desde el que se proyectan diferentes haces que iluminan nuevas prácticas y tendencias, en un contexto en el que las tecnologías de la información y la comunicación constituyen una parte esencial de nuestra vida cotidiana.
Aunque la efeméride ha pasado bastante desapercibida, durante 2019 se cumplió el centenario de la creación de la primera empresa consultora de relaciones públicas del mundo. La profesión, pues, inicia este 2020 su andadura hacia el segundo siglo de vida.
El pasado 12 de diciembre los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC hicieron entrega de los premios a los mejores trabajos finales de sus programas académicos del curso 2018-2019; unos galardones que reconocen el esfuerzo, la calidad y la madurez académica de un grupo de estudiantes que, con esta gala, cierran una etapa.
La agenda creciente de conferencias en torno al periodismo digital pone en evidencia el enorme interés que las nuevas y diferentes modalidades de difusión de la información a través de internet están teniendo. El conflicto entre rigor y necesidad de inmediatez informativa, que acompaña fenómenos como la sobreinformación, la intoxicación o las noticias falsas, permite hablar de una emergencia en un sentido desdoblado, entendido como urgencia de conocimiento de técnicas, de formación y de comunicación de experiencias.
Desde la cómoda burbuja en que nos instalan las sociedades liberales modernas más abastadas, la amenaza del cambio climático sonó, durante mucho tiempo, como un mantra suave, casi imperceptible. Hoy es como un grito que intenta hacernos despertar de la pesadilla de nuestra inminente autodestrucción. Pero revertir el cambio climático no es una tarea fácil. Requiere un cambio meridiano de hábitos y estilos de vida, así como la capacidad de comunicar y hacer visible el impacto que estos mismos tienen sobre nuestro planeta.
Guinea Ecuatorial, antigua colonia de España, vive bajo la dictadura de Teodoro Obiang, la más larga del mundo. Un país donde la corrupción, las torturas y la vulneración de los derechos humanos marcan a varias generaciones de ciudadanos, así como el pasado colonial y la huella de la dictadura de Franco. El largometraje de ficción El escritor de un país sin librerías quiere ser el altavoz de la oposición al régimen del dictador, a partir del testimonio de Juan Tomás Ávila Laurel, un exiliado que vive en Barcelona. El largometraje ha sido dirigido por el periodista Marc Serena, quien en sus proyectos combina la función social del oficio, el compromiso y la visibilización de las minorías.
El pasado 10 de octubre tuvo lugar la IV Jornada Almanzora Comparte; en esta edición, en formato hackathon. Una dinámica que ha permitido compartir experiencias, inquietudes, ideas, preocupaciones e ilusiones a cincuenta representantes del tejido empresarial, agrícola, ganadero, turístico, artesanal, político y social de la comarca del Almanzora.