Una de las cosas que cambia cuando hay niños pequeños en casa es nuestro consumo audiovisual. Este consumo no sólo incluye la programación en televisión, el visionado de DVD o cine, sino también lo que vemos en Internet, y muy especialmente en YouTube. Son muchos los formatos que se han popularizado a través de este medio: remixes, spoofs, memes y otros que han surgido o se han reinventado, fruto de la participación de los públicos o de lo que se conoce más popularmente como contenidos generados por usuarios (UGC). Todo este universo ha suscitado interés en mi investigación de los últimos años. En este artículo, sin embargo, me gustaría centrarme en algunos de los vídeos destinados al público infantil, que he ido descubriendo últimamente y que, sin ánimo de tener un planteamiento de investigación, me hacen reflexionar sobre algunos de los parámetros y estándares, tanto narrativos como estéticos.
Bibliotecarios, documentalistas, infonomistas, gestores de la información, content curators, community managers o... lo que vaya surgiendo, son términos para identificar las funciones y las competencias de los profesionales que gestionan información y conocimiento. Por qué la evolución de las funciones y competencias de estos profesionales trae asociada una serie de nuevas etiquetas y pseudo “nuevas” profesiones?
La rápida evolución de los actuales entornos de información digital conduce a la demanda de nuevos servicios en los próximos años. La cuestión de servicios calificados de proximidad, de alto agregado de valor, con el fin de ayudar a construir una información más humanizada a los usuarios, y que están efectivamente en sus manos. Esto podría aclarar una situación actual donde a menudo nosotros como usuarios tenemos la sensación de que vamos a remolque de nuestro entorno de información.
En un artículo anterior que llevaba por título “¿Ludo... qué? Ludoliteracy under construction” argumentaba que los videojuegos no son únicamente una industria cultural potente sino que también son artefactos culturales y sociales, herramientas de aprendizaje y reproducción social y cultural que merecen una atención especial en las políticas actuales de alfabetización mediática. La ludoliteracy tiene como objetivo subrayar la importancia de una alfabetización mediática que se tome en serio el juego digital como objeto de estudio y coprotagonista de sus discursos.
En la comunicación de emergencias la información es fundamental a la hora de solventar cualquier contingencia. Las redes sociales han modificado el paradigma comunicativo y Twitter se presenta como una herramienta indispensable para la gestión de la información. Sin embargo, puede ser problemático si un contenido erróneo se difunde a gran escala mediante retweets (RT), sobre todo si éstos pueden causar alguna alarma social. Así ocurrió en la cobertura que 112 Canarias realizó en una situación de emergencia.
Evidentemente, el final de la frase sería el que están pensando. Pero, por si acaso el futuro no se dibuja finalmente así, siempre podría decir que yo no lo afirmé de forma vehemente. Pero lo pienso. Open Science, o Ciencia Abierta como paradigma. Considerémoslo.
En un anterior artículo de COMeIN, a propósito de la exposición de la Cinémathèque Française sobre el cineasta Tim Burton, hacíamos énfasis en el interés que para los aficionados, docentes y estudiantes de cine podría tener el estudio de la dimensión material de la producción cinematográfica.