¿Puede una profesión considerarse “sexy”? Esto parece. Algunos expertos consideran el analista de datos como una de las ocupaciones más “sexys” del siglo XXI. El atractivo recae en la necesidad que las organizaciones tienen (o deberían tener) de contar con profesionales que sepan gestionar grandes volúmenes de datos. El big data ha llegado para quedarse y nos ha seducido. Ahora bien, ¿estamos preparados para afrontar esta relación? ¿La entendemos? ¿Podemos hacer que sea una relación enriquecedora?
No se sorprenderá nadie si digo que, desde siempre, la publicidad ha utilizado recursos de otros ámbitos, sobre todo del cinematográfico, para contar historias. Muchas son las campañas que han querido hacer un guiño o un homenaje, fácilmente identificable en la ejecución del spot. Un gran ejemplo sería la campaña de Volkswagen con el niño vestido de Darth Vader.
Con el desarrollo digital y la multiplicación de canales desde los que intercambiar informaciones y opiniones, los ciudadanos pueden participar más activamente en la comunicación pública. En este contexto, los llamados social media han experimentado un rápido crecimiento al aumentar no sólo el número de usuarios sino también de las interacciones que a través de ellos se mantienen. Aunque idealmente el incremento del flujo comunicativo facilitaría el enriquecimiento del discurso y la pluralidad de opiniones, nuevos estudios analizan si, en realidad, las voces minoritarias se ven atrapadas en una auténtica red del silencio.
Hace años que hablamos sobre la necesidad de que el mercado laboral y los empleadores conozcan qué pueden y saben hacer los profesionales de la información. Bajo esta denominación empleamos diferentes etiquetas profesionales. Esto puede tener efectos perjudiciales en el momento en que una empresa e incluso un organismo público tenga que contratar a un profesional de la información. El departamento de recursos humanos, cuando redacte una oferta de trabajo, puede tener problemas para identificar qué perfil profesional y qué titulación hay detrás.
El contexto de la comunicación digital, y especialmente Internet, nos ha aportado, entre otras cosas, un buen número de neologismos y términos -quizá no tan nuevos- que vamos asumiendo con cierta avidez en nuestra investigación. No lo voy a negar: a los académicos nos gusta explorar y exprimir estos buzzword (términos o palabras de moda que buscan impresionar) mientras, simultáneamente, entran en circulación en el mundo profesional a través de los consultores formados en las escuelas de negocios que los llevan a las empresas, con el fin de aplicarlas a su modus operandi. Así pues, muchas de estas ideas se convierten en omnipresentes porque reflejan cuestiones tanto de orden social como económico, por lo que su adopción por parte de las instituciones -en el medio plazo- se acaba convirtiendo en un imperativo a la hora de generar políticas en relación a los temas en cuestión. Sólo el tiempo confirmará si estas ideas eran acertadas o simplemente hypes (exageraciones y conceptos sobredimensionados).
Cuando un debate académico se prolonga demasiado tiempo, a veces durante siglos, puede ocurrir que la pregunta de la que se parte esté mal planteada, y por eso ninguna respuesta logra zanjar el asunto. Quizás sea un ejemplo de ello la polémica, surgida a mediados del siglo XIX, sobre el significado -o contenido semántico- de la música. ¿Dice algo la música, en sí misma, al margen de las palabras o representaciones que puedan acompañarla?
Con motivo del 15º aniversario de la actividad académica en Información y Documentación en la UOC, en el seno de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universidad, proponemos 15 frases que nos pueden ayudar a reflexionar sobre la información en varios contextos y facetas.
El pasado 17 de julio y en la preciosa ubicación del Palacio Macaya tuvo lugar la segunda jornada de investigación de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC organizada por la comisión de investigación, quienes firmamos este artículo. Una vez más una oportunidad única de conocer de primera mano el trabajo de investigación, actual y futuro, de nuestros compañeros y compañeras.
¿Qué tienen en común Bill Gates, Lady Gaga, George Bush y el chico de la tienda de bicicletas? Pues que son algunos de los miles de famosos y perfectos desconocidos que se han filmado vertiendo un cubo de agua helada sobre ellos mismos para luego compartir la hazaña en las redes sociales. Bienvenidos a la era del clicactivismo...
Académicos del ámbito de las relaciones públicas de reconocido prestigio internacional debaten en Barcelona sobre la importancia de la inteligencia emocional y la Teoría de las Inteligencias Múltiples en el congreso Barcelona PR Meeting #4.