El periodismo que inocula Jordi Évole pretende reventar las entrañas de la corrupción política, sangrar las conciencias de la economía más antisocial y contagiar el clamor contra las injusticias. Ni la cepa del periodismo de denuncia ni la del subgénero del mockumentary son nuevas, pero con el falso documental Operación Palace rebrotaron muchos debates latentes desde el 23-F de hace 33 años. Pasada la fiebre mediática, viene el análisis de la pieza como virus de comunicación.
La prospectiva cientificotécnica es cada vez más necesaria para las organizaciones y las sociedades de un mundo con incertidumbres crecientes. Requiere del concurso de una serie de elementos que, adecuadamente combinados, pueden dar forma a proyecciones de futuro plausibles en muy variados formatos, según las necesidades de los públicos objetivos destinatarios de los pronósticos. A este tipo de proyecciones, en cuanto que productos de conocimiento, les falta avanzar en su estandarización para lograr una mayor difusión y aceptación por parte de los potenciales usuarios, que son muchos y diversos.
El tiempo y el espacio han condicionado el ejercicio del periodismo desde sus orígenes. En la actualidad, si bien la multimedialidad y la hipertextualidad han permitido superar las limitaciones de los soportes convencionales, la inmediatez informativa ha supuesto un nuevo reto. En un contexto de crisis económica, en el que se multiplican los emisores y, por tanto, la competencia, ser el primer site en ofrecer una historia y conseguir viralizarla aunque no esté verificada significa incrementar audiencia e ingresos. El impacto de esta tendencia resquebraja fundamentos clásicos de la labor informativa.
Documentos electrónicos ubicados en administraciones públicas y empresas de diferentes sectores buscan profesionales de la documentación que los sepan gestionar, para continuar siendo testimonio de las actividades organizativas, y contribuir a la transparencia. Requerimiento imprescindible es conocer metodologías de diseño e implementación de sistemas de gestión documentales. Candidatos que no cumplan este requerimiento, abstenerse: peligran nuestras vidas.
Walt Disney produjo durante la Segunda Guerra Mundial una serie de cortos de animación dedicados a ridiculizar la Alemania de Hitler. Uno en concreto, titulado Reason and emotion (1943), pretendía llamar la atención sobre un problema al que se enfrentaba Estados Unidos a esas alturas de la guerra: el modo en que la emotividad del discurso nazi podía dañar la moral de los norteamericanos.
En las sociedades actuales, libres de muchas de las restricciones morales y culturales del pasado, la felicidad suele ser vista como uno de los mayores y más deseados logros individuales. Todos queremos ser felices, y no nos cansamos de buscar fórmulas que nos ayuden a conseguirlo, sea en librerías o en las redes sociales.
Los científicos hace muchos años que debatimos sobre un dato, un indicador. Tan simple e ingenioso como fue creado y tantos dolores de cabeza que provoca. Evidentemente, no es otro que el factor de impacto, un dato que en forma simple nos predecía las citas esperadas en promedio por un artículo publicado en una revista científica. Un simple dato, frío, y usado y debatido calurosamente durante casi 40 años .
Hay muchas formas de despertar el interés de los públicos en una película o producto audiovisual: tráileres, teasers, diferentes tipos de carteles... Algunas de ellas han pasado a mejor vida, como los fotocromos o afiches. Otras, como el póster, han vivido momentos mejores.
Una serie de televisión de éxito. Un anunciante que, mediante product placement virtual, emplaza sus productos en la serie en cuestión. Una audiencia que se reúne en las redes sociales para comentar los capítulos durante su emisión. ¿Cerramos el círculo? La nueva fórmula del advergame experience permite a los anunciantes aprovechar sinergias e integrar acciones publicitarias transmedia.
A raíz del cambio que este mes de enero se ha producido en su equipo de dirección, los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación (ECIC) de la UOC inician una nueva etapa dispuestos a afrontar todos los retos que se les planteen a lo largo del próximo lustro. Así pues, hemos pedido a sus miembros que nos expliquen brevemente como se imaginan los ECIC dentro de cinco años.